27 de noviembre de 2013

Una imagen vale más que mil números

16 de noviembre de 2013

Hay que mirar hacia el cielo, somos uno.


Felices los que tienen el espíritu del pobre porque de ellos es el reino de los cielos.
Yo quería ayudarlo y termino enseñándome a mi. En realidad, lo espiritual es lo que cuenta.
Y los pobres tienen espíritu. Y creía que con oro podría ser feliz. Me equivoqué. Lo que tengo, lo comparto
porque quité mucho. Porque me preocupé que crezcan los que ya tenían mucho. Es cierto, hay que estar loco para vivir en pobreza, porque no es negocio preocuparme que crezcan los pequeños, los que acumulan menos.
Tendría que despedir a muchísima gente, me quedaría con pocos que tienen espíritu de solidaridad.
En realidad, es negocio para estar vivo. Porque la vida corporal se pasa rápido. ¿y la fe? ¿y los méritos?.
Todos somos imperfectos, pecadores, por eso, tenemos mucho que aprender y compartir el uno del otro.
Iré donde los políticos no llegan: la población dispersa pobre. ¿Promesas? Si, tengo la libertad de ir o no ir.
Ten cuidado que es tu vida real. Iré. Se necesita gente que apueste por lo necesario. No por lo millonario. Los millones no están acá. Están en el reino de los cielos. Y ahora, acá en el mundo, debo soñar y esforzarme en cambiar mi vida, hacerla más intima con lo que me rodea, en tener la certeza de que teniendo menos, se da más. Y se aprende a ser más agradecido.